Homenaje a un dirigente del sindicalismo combativo a 33 años de su desaparición
En Recuerdo de Di Pascuale
Secretario general del Sindicato de Empleados de Farmacia, Di Pascuale fue uno de los más destacados representantes de la resistencia peronista. Días atrás el Equipo de Antropología Forense identificó sus restos en una fosa común.
Di Pascuale nació el 28 de diciembre de 1930 y el mismo día pero de 1976 lo secuestraron.
Jorge Di Pascuale fue uno de los más destacados dirigentes del sindicalismo combativo y la resistencia peronista, codo a codo con Raymundo Ongaro, John William Cooke y Agustín Tosco. A los 27 años fue secretario general del Sindicato de Empleados de Farmacia, uno de los principales semilleros de la militancia peronista de base. Fue secretario de Prensa de las 62 Organizaciones, delegado personal de Juan Perón y miembro de la junta coordinadora de la CGT de los Argentinos en 1968. Jorge Di Pascuale nació el 28 de diciembre de 1930. Lo secuestró una patota de la dictadura otro 28 de diciembre, en 1976, el día de su cumpleaños. Hoy, también un 28 de diciembre, sus familiares y amigos podrán finalmente velar sus restos, ya que su cuerpo fue recuperado e identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense.
“Fue el mejor dirigente que tuvimos –recuerda su compañero Alfredo Ferraresi, en diálogo con Página/12–. Era solidario, defensor de los derechos a muerte. Tenía una vocación de servicio natural, era un líder indiscutible. Y también era un tipo humilde, sólo que le gustaba empilchar bien, y a veces la gente se sorprendía de verlo vestido así.” Una anécdota grafica su personalidad: cuando comenzaron las persecuciones, desapariciones y asesinatos, les dijo a sus allegados: “Si me llega a pasar algo no pidan por mí, pidan por todos”. Fanático de Boca, cuando viajaba al exterior en su condición de delegado personal de Perón para los países socialistas, llamaba para enterarse las últimas novedades de su equipo. “No era un gran lector: leía la Paturuzito, El Gráfico y la revista Boca”, recuerda Ferraresi, que rescata que “era un tipo totalmente intuitivo, con mucha sabiduría natural, que sabía dar siempre con la justa.”
Su carrera comenzó temprano: a los 27 años fundó la lista Blanca del Sindicato de Empleados de Farmacia, cuando los gremios estaban intervenidos. Contra la recomendación del mismo Perón, la Blanca se presentó a elecciones y las ganó. “Ahí recibimos una carta suya en la que reconocía que se había equivocado y nos felicitaba por nuestro trabajo”, rememora Ferraresi. Desde ese momento el gremio de los farmacéuticos fue uno de los principales formadores de cuadros para la resistencia peronista, al punto que en esa época se decía que “el que no pasa por farmacia no se bautiza”. A partir de ahí siempre estuvo presente en la primera línea de la militancia de base. Incluso, en marzo de 1976, sus compañeros lo convencieron de que se exiliara en Venezuela, pero el exilio sólo duró tres meses. “Esto no es para mí”, dijo y volvió a luchar en el país. Tres días antes de que se acabara ese año, fue desaparecido.
El 14 de diciembre pasado, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó sus restos, encontrados en una fosa común del cementerio de Avellaneda. Antes de ser asesinado (el reporte forense menciona “al menos tres proyectiles en cráneo, hombros y pelvis), pasó por el centro clandestino El Vesubio, donde varios sobrevivientes lo recuerdan dando ánimo a los otros prisioneros para resistir las torturas. Esta tarde será velado, desde las seis, en la sede de su sindicato, en Rincón 1044. “Vamos a hacer un acto que no sea necrológico, que sea de homenaje y recuerdo –explica Ferraresi–. Para nosotros esto significa una enorme conmoción pero también una revancha, porque ahora tenemos donde ponerle una flor. Es como haberlo recuperado de la dictadura para entregárselo a la democracia.”
Informe: Nicolás Lantos.
Noticia publicada en el diario "Pagina 12" del 28/12.
"Si no nos contiene la memoria nos derramara el olvido"
Repudiamos las amenazas al Dr. Andrés Carrasco
Desde La Formula repudiamos las amenazas al Dr. en Medicina Andrés Carrasco, profesor de embriología, investigador principal del Conicet y director del Laboratorio de Embriología Molecular con sede en el Instituto de Biología Celular y Neurociencias de la Facultad de Medicina, UBA.
Por otro lado, creemos que es un ejemplo de aplicación de la Ciencia y la investigación en función de las necesidades y problemáticas de nuestro Pueblo.
Respaldamos y apoyamos al Dr. Andrés Carrasco.
El doctor en medicina Carrasco, de 63 años, trabaja desde hace casi treinta en desarrollo embrionario, fue presidente del Conicet y es Subsecretario De Innovación Científica y Tecnológica del Ministerio de Defensa.
Realizó el experimento en su laboratorio de embriología molecular, con sede en el Instituto de Biología Celular y Neurociencias de la Facultad de Medicina, en la Universidad Nacional de Buenos Aires.
La difusión de su estudio dio lugar a virulentas reacciones del lobby agromediático.
Comenzó con una nota en Clarín de Matías Longoni, uno de los principales colaboradores del ex director del INTA y lobbysta sojero Héctor Huergo en el suplemento Clarín Rural, quien lo descalificó como “un supuesto estudio científico”.
Siguió con una nota en La Nación, sobre un “estudio de supuesta validez científica”.
Clarín está asociado con La Nación en la feria anual Expoagro, en torno de la cual se realizan cada año negocios por no menos de 300 millones de dólares vinculados con los productos transgénicos y sus encadenamientos económicos.
A mediados de esta semana Carrasco fue víctima de un acto intimidatorio en la propia Facultad de Medicina, donde cuatro hombres llegaron hasta su laboratorio e increparon a una colaboradora de Carrasco.
Dos de ellos, que parecían “muy nerviosos y exaltados”, se presentaron como miembros de la Cámara de la Industria de Fertilizantes y Agroquímicos y se negaron a dar sus nombres. Los otros dos dijeron ser abogado y escribano.
En ausencia de Carrasco interrogaron a la investigadora y exigieron ver “los informes, los experimentos”, para lo que carecían de cualquier título. Dejaron una tarjeta del estudio Basílico, Santurio & Andrada a nombre del abogado Alejandro Felipe Noël.
El decano de la Facultad de Medicina se solidarizó con Carrasco y le ofreció el asesoramiento del área jurídica de la facultad.
Cuando desde la facultad llamaron al estudio para verificar la existencia del abogado recibieron la respuesta de que no estaba.
Carrasco no oculta su indignación por la presencia amenazante de estas personas, que “no tienen derecho a hacer interrogatorios en un ámbito académico. Trataron de convertir en delito la difusión de mi trabajo, con una virulencia y agresividad enormes”.
Por la noche encontró en el contestador de su teléfono insultos a “este señor que no quiere mostrar el informe”.
El agrotóxico básico de la industria sojera produce malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas, aun en dosis muy inferiores a las utilizadas en agricultura.
A trece años de fiebre sojera, por primera vez una investigación científica de laboratorio confirma que el glifosato (químico fundamental de la industria sojera) es altamente tóxico y provoca efectos devastadores en embriones.
El herbicida más utilizado a base de glifosato se comercializa bajo el nombre de Roundup, de la compañía Monsanto, líder mundial de los agronegocios.
“Los embriones fueron incubados por inmersión en diluciones con un mililitro de herbicida en 5000 de solución de cultivo embrionario, que representan cantidades de glifosato entre 50 y 1540 veces inferiores a las usadas en los campos con soja.
Se produjo disminución de tamaño embrionario, serias alteraciones cefálicas con reducción de ojos y oído, alteraciones en la diferenciación neuronal temprana con pérdida de células neuronales primarias”,
“Disminución del largo del embrión, alteraciones que sugieren defectos en la formación del eje embrionario. Alteración del tamaño de la cabeza con compromiso en la formación del cerebro y reducción de ojos y de la zona del sistema auditivo, que podrían indicar causas de malformaciones y deficiencias en la etapa adulta”, alerta la investigación, que también avanza sobre efectos neurológicos graves: “(Se comprobaron) Alteraciones en los mecanismos de formación de neuronas tempranas, por una disminución de neuronas primarias comprometiendo el correcto desarrollo del cerebro, compatibles con alteraciones con el cierre normal del tubo neural u otras deficiencias del sistema nervioso”.
Cuando los embriones fueron inyectados con dosis de glifosato muy diluido (hasta 300.000 veces inferiores a las utilizadas en las fumigaciones), los resultados fueron igualmente devastadores. “Malformaciones intestinales y malformaciones cardíacas. Alteraciones en la formación y/o especificación de la cresta neural. Alteraciones en la formación de los cartílagos y huesos de cráneo y cara, compatible con un incremento de la muerte celular programada.”
El glifosato afecta un conjunto de células que tienen como función la formación de los cartílagos y luego huesos de la cara.
La soja sembrada en el país ocupa 17 millones de hectáreas de diez provincias y es comercializada por la empresa Monsanto, que vende las semillas y el agrotóxico Roundup (a base de glifosato), que tiene la propiedad de permanecer extensos períodos en el ambiente y viajar largas distancias arrastrados por el viento y el agua. Se aplica en forma líquida sobre la planta, que absorbe el veneno y muere en pocos días. Lo único que crece en la tierra rociada es soja transgénica, modificada en laboratorio. La publicidad de la empresa clasifica al glifosato como inofensivo para al hombre.
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